martes, 1 de noviembre de 2016

CLÁSICOS



Clásicos Escolares :: CEIP ALCALDE LEON RIOS


Don Juan Tenorio – José Zorrilla


Estoy segura de que muchos habéis oido la expresión “ese chico es un don Juan”, pues bien, aquí tenéis la procedencia de dicha frase:
Don Juan Tenorio es la obra más representada del teatro español y tradicionalmente se interpreta en el día de los difuntos. Su autor, José Zorrilla, la escribe atraído por personajes rebeldes y amantes de la libertad, fascinado por la figura de Don Juan e inspirado en “El burlador de Sevilla y convidado de piedra” de Tirso de Molina.tenorio con letra
Drama romántico en dos partes publicado en 1844  por José Zorrilla, constituye, junto con El burlador de Sevilla, una de las dos principales materializaciones literarias en lengua española del mito de Don Juan, probablemente no exista ningún otro personaje literario de origen español tan universal como este (quitando Don Quijote) ya que, en un mismo personaje une al joven de malas costumbres, que habla sin respeto de los muertos y al joven burlador que enamora a todas las mujeres y que después, invariablemente, las abandona y olvida.
La primera parte se divide en cuatro actos y transcurre en una sola noche.
La segunda parte se divide en tres actos. Transcurre también en una sola noche, pero 5 años después de los sucesos de la primera parte:
  • Acto I: “La sombra de Doña Inés”, con seis escenas, se desarrolla principalmente en un panteón y en el cementerio.
  • Acto II: “La estatua de Don Gonzalo”, con cinco escenas, se desarrolla principalmente en la casa de Don Juan.
  • Acto III: “Misericordia de Dios, y Apoteosis del Amor”, con cuatro escenas, incluyendo la última escena que sólo tiene un dialogo recitado por Don Juan en el cementerio con el que termina la obra.
La obra narra las peripecias de don Juan Tenorio, un joven caballero entregado a una vida desenfrenada de apuestas, amoríos y duelos. El comienzo de la trama consiste en una apuesta entre él y otro joven por ver quién, en un año, hace más maldad con más fortuna. Esto a su vez desencadena otra apuesta a ser posible más descabellada que consiste en que don Juan consiga seducir a una joven novicia, doña Inés (aquí se desarrolla la célebre escena del sofá representada en el dibujo), y a la prometida del otro joven. Don Juan con habilidad va consiguiendo todo lo que se propone, pero cada vez su alma se va perdiendo más y más. Al final de la obra debe de enfrentarse a sus fantasmas y solo el amor que por él siente la joven Inés es capaz de salvarle de permanecer eternamente en el infierno.

“Don Juan Tenorio”, adaptación de la obra de José Zorilla | Anaya ...

 

José de Espronceda


http://www.poemas-del-alma.com/fotos-escritores/380d0a4.jpegJosé de Espronceda fue un reconocido y destacado escritor romántico, que vivió en España entre los años 1808 y 1842. Desde su adolescencia mostró un profundo interés en distintas cuestiones culturales, y supo reunirse de amistades que satisficieran su sed de conocimientos. Habiendo completado sus estudios, recorrió el continente europeo, en un viaje teñido de amoríos e implicación en grupos revolucionarios, producto de su esencia apasionada e idealista. Luego de su regreso al suelo español, se dedicó con mayor intensidad a la política, así como a labores de carácter periodístico. Pasó por el ejército, por la cámara de diputados y por el parlamento. La muerte lo sorprendió de muy joven, habiendo padecido de un trastorno respiratorio actualmente conocido como difteria.
Espronceda tuvo una vida muy corta y, más allá de todo lo que habría podido escribir si hubiera gozado de unas cuantas décadas más, dejó obras sin acabar. Por otro lado, su producción literaria es altamente apreciada y generalmente asociada con calificativos que giran entorno a la excelencia. Para conocerlo a través de sus propios versos, contamos con algunos de sus poemas más destacados, entre los que se encuentran los títulos "A la muerte de Torrijos y sus compañeros", "Canción del pirata" y "El reo de muerte".

Resultado de imagen de POEMAS DE ROSALIA DE CASTRO adaptado para niños
 ROSALIA DE CASTRO

Rosalía de Castro fue una escritora gallega que potenció y valorizó la literatura en este idioma. Considerada como una autora fundamental del siglo XIX, murió joven, víctima de un cáncer de útero. A lo largo de diversos viajes y cambios de domicilio escribió varias obras de gran calidad tanto poética como narrativa. La más conocida, sus 'Follas Novas'. En este practicograma te contamos cómo fue la vida y la obra de Rosalía de Castro.




  • 1 Hija de una noble y un sacerdote.
    Rosalía de Castro nació en la ciudad de Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837. Hija de una noble y de un sacerdote, fue considerada como un nacimiento no bien avenido así que al principio no fue aceptada por la familia materna. Por eso, durante sus primeros años fue criada por sus dos tías paternas.
  • 2 Crisis de adolescencia tras el descubrimiento de sus orígenes.
    A los cinco años de edad se traslada junto a su madre a la localidad de Padrón (La Coruña). Su adolescencia estuvo marcada por una profunda crisis de vida tras el descubrimiento de su condición de hija ilegítima y por una delicada salud que jamás mejoró.
  • 3 En Madrid escribió su primera obra, 'La flor'.
    Se trasladó a Madrid en 1855 y fue allí donde salió a la luz su primera obra, el poemario en castellano titulado 'La flor'. Este libro recibió muy buenas críticas de Manuel de Mungía, con el que se casaría más tarde.
  • 4 En Galicia escribe sus obras más importantes.
    Tras la muerte de su madre, Rosalía y Manuel se trasladan de nuevo a su Galicia natal. Es en esta época cuando empieza a gestar sus obras más importantes: 'A mi madre' y 'Cantares gallegos'. Este último fue su primer libro en lengua gallega, considerada por aquél entonces, como un simple dialecto.
  • 5 En Simancas escribe las famosas 'Follas novas'.
    La familia se traslada a Simancas (Valladolid), cuando su marido es nombrado director del archivo de la misma localidad. Allí escribe parte del famoso poemario 'Follas novas'.
  • 6 'En las orillas del Sar' recoge sus poemas en castellano.
    A comienzos de 1880 publica un número considerable de poemas en castellano que serán recogidos en el libro 'En las orillas del Sar'.
  • 7 Fallece en Padrón a causa de un cáncer de útero.
    En 1883 se trasladó a la localidad de Padrón, donde falleció dos años después, a los 48 años de edad, a causa de un cáncer de útero.
  • 8 ¿Quieres más información?
    Si quieres más información, consulta la categoría de Educación. En la subcategoría de Lengua y Literatura encontrarás otros vídeos y artículos sobre esta materia. Si te gusta la literatura gallega, no te pierdas 'Cómo recitar los 10 mejores poemas escritos en gallego'.


    ADOLFO GUSTAVO BÉCQUER


    En este PDF encontraréis dos clásicos de Bécker adaptados para el tercer Ciclo. Se trata de las obras: Maese Pérez el organista y El monte de las Ánimas incluidas dentro de "Leyendas". Es un recurso del portal RecursosSep en el que vaís a poder encontrar también ilustraciones sobre las obras y actividades al final de ellas para poder trabajarlas en clase con vuestros alumnos. 

    Gustavo Adolfo Bécquer soñaba con una vida independiente y dichosa, y por eso soñó que podría ser libre y ser poeta.

    Por una mirada, un mundo;
    por una sonrisa, un cielo;
    por un beso...¡yo no sé
    qué te daría por un beso!
    Biografía de Gustavo Adolfo Bécquer




    Niño huérfano a muy pronta edad


    El niño Gustavo Adolfo Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla. Fue el quinto de ocho hermanos, aunque fue Valeriano el hermano con el que tuvo una profunda amistad.

    Su padre fue Jose Domínguez Insausti, pintor costumbrista bien situado en Sevilla, y su madre Joaquina Bastida y Vargas, procedente de una familia acomodada.

    Joaquina Bastida y Vargas,
    madre de Bécquer
    José Domínguez Insausti,
    padre de Bécquer
    El padre de Gustavo adoptó el apellido de Bécquer, ya que eran conocidos por él en Sevilla. Sus antepasados eran unos nobles comerciantes de Flandes que llegaron a Sevilla en el siglo XVII.

    Cuando Gustavo tenía 5 años, murió su padre. Su madre con 8 hijos tuvo que enfrentarse a condiciones muy adversas. Por aquel entonces Gustavo estudiaba en el colegio de San Telmo en condición de huérfano de clase noble venida a menos. Y seis años después murió su madre.



    Artista, con gran sensibilidad poética y musical
    Bécquer de niño

    Entonces los huérfanos fueron recogidos por su madrina Manuela Monnehay, mujer culta y bien situada, con una rica biblioteca particular, que Gustavo se dedicó a leer. Manuela quería que fuera comerciante pero Gustavo quería ser poeta. Como le gustaba dibujar, y tenía una gran sensibilidad para el arte, a partir de ese momento fue enviado al taller de dibujo del maestro Cabral Bejarano y después al de su tío Joaquín.





    Joven soñador, distraído, desordenado y romántico
    Desde muy joven escribió poemas referidos a amores no correspondidos. Empezó a escribir en revistas y periódicos. Valeriano ilustraba sus escritos.

    Se marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura en 1854. Sufrió una gran decepción y sobrevivió en la bohemia de esos años. Contrajo una grave enfermedad. En Madrid conoció a Julia Espín, su amada, una preciosa chica de ojos azules.
    ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
    en mi pupila tu pupila azul.
    ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
    Poesía... eres tú.
    Gustavo y Valeriano, hermanos y amigos hasta el final
    En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, pero no fueron felices. A partir de entonces publica Rimas y Leyendas en revistas. Después de esta etapa, su hermano Valeriano y Gustavo se separan de sus esposas, y se trasladan a Toledo con sus hijos. La muerte de Valeriano, en septiembre de 1870, hizo que Gustavo muriera tres meses después. El 23 de diciembre, un día después de su entierro, sus amigos se reunieron para ayudar a su viuda y sus tres hijos, publicando sus obras al año siguiente.


    Os dejamos el poema que más nos ha gustado del libro:

    RIMA  V
    Espíritu sin nombre,
    indefinible esencia,
    yo vivo con la vida
    sin formas de la idea.

    Yo nado en el vacío,
    del sol tiemblo en la hoguera,
    palpito entre las sombras
    y floto con las nieblas.

    Yo soy el fleco de oro
    de la lejana estrella,
    yo soy de la alta luna
    la luz tibia y serena.

    Yo soy la ardiente nube
    que en el ocaso ondea,
    yo soy del astro errante
    la luminosa estela.

    Yo soy nieve en las cumbres,
    soy fuego en las arenas,
    azul onda en los mares,
    y espuma en las riberas.

    En el laúd soy nota,
    perfume en la violeta,
    fugaz llama en las tumbas
    y en las ruinas yedra.

    Yo atrueno en el torrente
    y silbo en la centella,
    y ciego en el relámpago
    y rujo en la tormenta.

    Yo río en los alcores,
    susurro en la alta yerba,
    suspiro en la onda pura
    y lloro en la hoja seca.

    Yo ondulo con los átomos
    del humo que se eleva
    y al cielo lento sube
    en espiral inmensa.

    Yo, en los dorados hilos
    que los insectos cuelgan,
    me mezco entre los árboles
    en la ardorosa siesta.

    Yo corro tras las ninfas
    que en la corriente fresca
    del cristalino arroyo
    desnudas juguetean.

    Yo, en bosque de corales
    que alfombran blancas perlas,
    persigo en el océano
    las náyades ligeras.

    Yo, en las cavernas cóncavas
    do el sol nunca penetra,
    mezclándome a los gnomos,
    contemplo sus riquezas.

    Yo busco de los siglos
    las ya borradas huellas,
    y sé de esos imperios
    de que ni el nombre queda.

    Yo sigo en raudo vértigo
    los mundos que voltean,
    y mi pupila abarca
    la creación entera.

    Yo sé de esas regiones
    a do un rumor no llega,
    y donde informes astros
    de vida un soplo esperan.

    Yo soy sobre el abismo
    el puente que atraviesa,
    yo soy la ignota escala
    que el cielo une a la tierra.

    Yo soy el invisible
    anillo que sujeta
    el mundo de la forma
    al mundo de la idea.

    Yo en fin soy ese espíritu,
    desconocida esencia,
    perfume misterioso
    de que es vaso el poeta.
      RIMA I
    Yo sé un himno gigante y extraño
    que anuncia en la noche del alma una aurora,
    y estas páginas son de ese himno
    cadencias que el aire dilata en las sombras.

    Yo quisiera escribirle, del hombre
    domando el rebelde, mezquino idioma,
    con palabras que fuesen a un tiempo
    suspiros y risas, colores y notas.
    Pero en vano es luchar, que no hay cifra
    capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
    si, teniendo en mis manos las tuyas,
    pudiera, al oído, cantártelo a solas.

    Rima XLI
    Tú eras el huracán y yo la alta
    torre que desafía su poder:
    ¡tenías que estrellarte o que abatirme!
    ¡No podía ser!
    Tú eras el océano y yo la enhiesta
    roca que firme aguarda su vaivén:
    ¡tenías que romperte o que arrancarme!
    ¡No podía ser!
    Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
    uno a arrollar, el otro a no ceder:
    la senda estrecha, inevitable el choque...
    ¡No podía ser!


    Rima XIII
    Tu pupila es azul y cuando ríes
    su claridad suave me recuerda
    el trémulo fulgor de la mañana
    que en el mar se refleja.
    Tu pupila es azul y cuando lloras
    las trasparentes lágrimas en ella
    se me figuran gotas de rocío
    sobre una violeta.
    Tu pupila es azul y si en su fondo
    como un punto de luz radia una idea
    me parece en el cielo de la tarde
    una perdida estrella.


    RIMA XXXV
    ¡No me admiró tu olvido!  Aunque de un día,
    me admiró tu cariño mucho más;
    porque lo que hay en mí que vale algo,
    eso... ni lo pudiste sospechar.


    RIMA LXII
    Primero es un albor trémulo y vago,
    raya de inquieta luz que corta el mar;
    luego chispea y crece y se dilata
    en ardiente explosión de claridad.

    La brilladora lumbre es la alegría,
    la temerosa sombra es el pesar.
    ¡Ay! En la oscura noche de mi alma,
            ¿cuándo amanecerá?

    Rima IX
    Besa el aura que gime blandamente
    las leves ondas que jugando riza;
    el sol besa a la nube en occidente
    y de púrpura y oro la matiza;
    la llama en derredor del tronco ardiente
    por besar a otra llama se desliza;
    y hasta el sauce, inclinándose a su peso,
    al río que le besa, vuelve un beso.

    Rima X
    Los invisibles átomos del aire
    en derredor palpitan y se inflaman;
    el cielo se deshace en rayos de oro;
    la tierra se estremece alborozada;
    oigo flotando en olas de armonía
    rumor de besos y batir de alas; mis párpados se cierran... ¿Qué sucede? –
    ¡Es el amor que pasa!

    Rima XXI
    ¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas
    en mi pupila tu pupila azul,
    ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
    Poesía... eres tú.
    RIMA XXIII
    [A ella. No sé...]
    Por una mirada, un mundo;
    por una sonrisa, un cielo;
    por un beso... ¡Yo no sé
    qué te diera por un beso!

    Rima XXX
    Asomaba a sus ojos una lágrima
    y a mi labio una frase de perdón;
    habló el orgullo y se enjugo su llanto
    y la frase en mis labios expiró.
    Yo voy por un camino: ella, por otro;
    pero al pensar en nuestro mutuo amor,
    yo digo aún, ¿por qué callé aquel día?
    Y ella dirá, ,¿por qué no lloré yo?

    Rima XXXVIII
    Los suspiros son aire y van al aire.
    Las lágrimas son agua y van al mar.
    Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
    ¿sabes tú adónde va?

    Rima XLIV
    Como en un libro abierto
    leo de tus pupilas en el fondo.
    ¿A qué fingir el labio
    risas que se desmienten con los ojos?
    ¡Llora! No te avergüences
    de confesar que me quisiste un poco.
    ¡Llora! Nadie nos mira.
    Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.

    Rima LIII
    Volverán las oscuras golondrinas
    en tu balcón sus nidos a colgar,
    y otra vez con el ala a sus cristales
    jugando llamarán.
    Pero aquellas que el vuelo refrenaban
    tu hermosura y mi dicha a contemplar,
    aquellas que aprendieron nuestros nombres...
    ¡esas... no volverán!.
    Volverán las tupidas madreselvas
    de tu jardín las tapias a escalar,
    y otra vez a la tarde aún más hermosas
    sus flores se abrirán.
    Pero aquellas, cuajadas de rocío
    cuyas gotas mirábamos temblar
    y caer como lágrimas del día...
    ¡esas... no volverán!
    Volverán del amor en tus oídos
    las palabras ardientes a sonar;
    tu corazón de su profundo sueño
    tal vez despertará.
    Pero mudo y absorto y de rodillas
    como se adora a Dios ante su altar, ...
    como yo te he querido...; desengáñate,
    ¡así... no te querrán!